miércoles, 7 de enero de 2015

UNA HISTORIA DE LOS NIÑOS DE LA CALLE













Resumen del libro 


Lágrimas de ángeles




Un niño campesino (Jaime) llega a la ciudad en circunstancias difíciles su padre ha emigrado a otro país (Europa)  ante la dificultad de no poder sostener económicamente a su familia. Jaime sintió rabia al ver que su padre se desvanecía entre la multitud con ojos llorones empezó a correr sin dirección  cuando a Jaime se da cuenta casi lo atropella un bus pero una niña harapienta se le acercó y le empezó hablar y le dijo, ¿no conoces la canción del semáforo?
 Se acercó un bus luego de platicar, se van montados en la parte trasera de un autobús  pero un policía se acercó y pito y la niña le saco la lengua y miro a Jaime con una sonrisa. La flaca le pidió a Jaime que le comprara un chocolate o si no, no podía vender más chocolates, pero Jaime le dijo que por que había cogido el dinero del bolsillo sin que se diera cuenta, él pensó que la flaca había cogido el dinero sin permiso pero flaca dijo que ella no había robado el dinero ella lo cogió pidiendo permiso y tomando prestado. Luego de mucho tiempo la flaca le presenta a los demás niños, se llamaban “El Negro José”, “El Bota-La-Pepa” y “La Canguro”.

Luego de varios días, en un día muy soleado Jaime se había sentado debajo del árbol procurando no mirar a Calzón Tierno le daba miedo y desconfianza. Se quitó el suéter porque sentía calor mirando con curiosidad a su al rededor, había una niña pequeña, con una bebé cargada en la espalda, vendía chicles. Los dos niños que vendían caramelos también limpiaban los parabrisas de los carros se vestían con pantalones deshilachados amarrados con una soga en la cintura y unas botas negras de caucho. La mayoría de la gente dentro de los carros cerraba sus ventanas y les hacían gestos de mal genios a los niños ante su insistencia.
A Jaime se le hizo larga la mañana y sintió sueño se quedó dormido. Cuando de repente la Flaca le tiraba piedrecitas, molesto le gritó ¡deja de tirarme piedras! Conste que quería devolverte tu suéter, el niño Bota la Pepa se lo quería llevar pero la niña se lo quitó. Bota la Pepa caminó hacia ellos y les hizo una mueca amigable dejando ver que le faltaban dos dientes de arriba. La Flaca amenazadora dijo: ahora ya sabe que eres mi amigo no va a volver a robarte el suéter sino le volaré los otros dientes. Bota la Pepa era un niño de ocho años con el cabello rapado. También el niño negro se acercó donde ellos y se presentó como el Negro José tenía ojos inquietos y observaba todo, dijo a los niños podemos hablar un ratito ahora que Calzón Tierno se fue a ver cómo iban los negocios en las otras calles. Bueno pero lo primero es lo primero dijo la Flaca tengo que asegurarme que Jaime pueda quedarse a vender chocolates y hay que pedir autorización, no puede hacerlo sin permiso. ¿Sin permiso de la policía? preguntó Jaime, los niños se reían, ¡Que bruto eres! se burló la Flaca la policía no toca ningún pito por aquí- La que manda es la Tía Meche- ella decide quién trabaja, dónde, cuándo y cómo. El Bota la Pepa movía la cabeza afirmando lo que decía la Flaca, por qué no habla preguntó Jaime, porque no puede y nadie sabe la razón pero dicen que tiene una pepa atravesada en la garganta y que por eso no habla, Jaime sintió lástima por el niño. Bota la Pepa empezó a girar los ojos e hizo una mueca, le enseñó un tatuaje que tenía en el brazo era un avión que parecía moverse cuando estiraba el codo, Jaime recordó a su padre en el aeropuerto y su escapada no dejó que esto lo ponga triste por mucho tiempo, había decidido volverse un vendedor callejero en la ciudad y ganarse la vida como La Flaca, el Bota la Pepa y el Negro José. Y emprendieron el viaje hacia el sur de la ciudad.
Cuando los dos niños fueron hacia el sur de la ciudad, ellos tenían que llegar a la casa antigua, apenas llegaron a la entrada a la casa, la casa estaba cubierta de madera y los sonidos salían por la ventana y en ese momento Jaime y flaca pudieron entrar y escucharon una voz masculina después ellos entraron y el profesor lo llevo a donde la tía meche. Cuando llegaron, la tía meche pensó que flaca era novia de Jaime pero flaca le conto que si Jaime podía vender chocolates en la calle y la tía meche dijo que sí.
La entrevista de la tía meche duro un poco. La tía Meche sacó de un cajón de su escritorio una cámara y en medio de bromas tratándolo de novio de la Flaca le tomó varias fotos de frente y de perfil.
Cuando  ya salieron de ese lugar Jaime empezó con las preguntas -Tú no me llevaste donde la tía Meche solamente para pedir permiso para que yo trabajara contigo- ¿no? ¿Por qué no me dijiste la verdad?
- Ah porque me olvidé, Futre, pero que importa vas a trabajar conmigo y luego vas a tener un trabajo mejor, te tomó fotos.
Jaime no sabía qué hacer, y para colmo tenía hambre, pasaron junto a un basurero y la Flaca se detuvo para buscar algo, encontró una caja de cartón con un pedazo de pizza, se sentaron en la acera a comer, a Jaime le pareció lo más delicioso que había probado en su vida, tenían sed y se fueron a la plaza mayor donde tomaron agua de una fuente, antes de que los guardias que andaban por ahí los mandaran.
La noche estaba fría y la Flaca decidió que era mejor irse sola a su refugio, ya que Jaime no había tomado una decisión, llevando unos periódicos lo acompañó hasta una puerta, mientras tanto la niña tendió los periódicos para que él durmiera y se fue.
El niño no estaba seguro que a lo mejor la Flaca estaba bromeando que por ser de la ciudad, sabía algo que él no conocía.
La niña suspiró y dijo: Cuando los ángeles lloran, sus lágrimas son bolitas de caramelo, pero no de los ángeles grandes, sino la de los más chiquitos que lloran durante la noche, las panaderías dejan su ventana abierta por el calor de los hornos y el viento se llevan las lágrimas de los ángeles y caen sobre los pasteles.
Jaime jamás había conocido a alguien como la Flaca que podía conversar de cosas extrañas haciéndolas sonar como normales, la miraba fascinado. La niña esta vez llevaba unos zapatos viejos cortados en las puntas para que no le ajustaran  en los dedos, y en las orejas llevaba unas plumas de gallina amarradas con hilos.-Le preguntó al niño si le gustaban sus aretes.- Jaime le dijo que esos no eran unos aretes, -Ella le dijo que no sabe de moda. Jaime prefirió quedarse callado porque no conocía mucho acerca de cosas de mujeres.
La Flaca quería ser modelo y que su foto salga en todas las revistas y en anuncios grandes. Conducir un carro largo y elegante con la radio a todo dar y que la gente le vea y que cuando se acerquen niños vendedores de la calle comprarles todos los caramelos, chicles y chocolates, y darles propina a los que limpien el parabrisas……
La niña se sentó junto a Jaime y le dijo que estudiar no quería, Jaime le preguntó si alguna vez había ido a la escuela, la Flaca le dijo que sí, pero hasta tercer grado, su hermana era la que se hacía cargo hasta que murió. Le dijo la niña a Jaime explicándole, que era un trabajo de llevar droga de un lugar a otro. La Flaca tenía ganas de llorar recordando a su hermana, pero no quería demostrar lástima. Se levantó y preguntó a Jaime si se iba a quedar o no. Él iba a decir que no, pero en su interior algo le impulsó a decir que sí pero solo hasta Navidad.


Los días pasaron y un suceso que lo adormeció en ese instante  muchos recuerdos pasaban por la mente de Jaime el abrió sus ojos con lentitud, se encontraba en una especie de túnel, escuchaba voces y ruedas deslizándose sobre el piso, un olor le recordó cuando de pequeño se lastimó y lo llevaron al doctor del pueblo para cocerle la herida. Trató de ponerse de pie sin lograrlo, Jaime no podía moverse, los ojos le pesaban y volvió a quedarse dormido. Cuando volvió a abrirlos se encontró con el rostro de la Flaca que le miraba preocupada.
- Futre, loco, ya te despertaste, el doctor dijo que ya estabas fuera de peligro pero tienes que cuidarte.
Jaime sonrió, La Flaca había regresado. Se veía extraña. La niña sonrió y Jaime le hizo una mueca. La Flaca estaba peinada y con la cara limpia, también vestía ropa nueva. Jaime quería agacharse para ver si llevaba zapatos nuevos, pero no podía, llevaba un traje de yeso.
- ¿Y tú, Flaca? ahora también te ves futre, con ropa nueva.
La niña se levantó de la silla y caminó por la habitación, haciendo sonar con fuerza las suelas de sus zapatos.
-Son nuevecitos, me los compraron como premio, y nadie los ha usado- Eran unos zapatos de charol negros con lazo, -también tengo otros, unos deportivos. ¡Si vieras como corro con esos  zapatos! Pero estos son de señorita, ósea de modelo.
-Oye, Flaca , ¿qué pasó con eso de la película y de todo?.
Es toda una historia, loco. Cuando estábamos a medio camino  hacia donde me llevaban, me entraron unas iras tremendas, y me pediste que no me fuera con ellos, entonces decidí no irme, y en una esquina mientras el semáforo estaba en rojo, abrí la puerta de la camioneta salté y corrí y corrí, la tipa me gritaba, y ese hombre se bajó de la camioneta para seguirme, pero corrí más rápido y me escapé.
- Entonces fuiste a la policía- dijo Jaime.
-No seas bruto, ¿crees que la policía habría creído lo que yo le contara, y que iban hacer algo por una niña como yo?.
Ella tenía razón.- La Flaca había ido a la cárcel de los curitas, quienes le creyeron a la niña, y se había quedado allí. Llevaron también al Pan Quemado, al Bota la Pepa y al Negro José. Pero solo se quedó el Bota la Pepa,  a los otros niños les gustaba ser libres y se fueron una noche; la Canguro nunca apareció, pero la estaban buscando. Los curas se habían comunicado con la policía, descubrieron la pista del señor rico que le habían secuestrado y gracias a eso lo habían encontrado. Donde hubo disparos, muertos y heridos. Que a causa del tiroteo Calzón Tierno había muerto y los otros estaban en la cárcel, en cuanto a la Tía Meche había huido a Panamá pero la atraparon allá y se encontraba detenida en una cárcel de ese país.
La tía de Jaime había pasado mucho tiempo en el hospital esperando que él se recuperara, ese momento se encontraba en el campo, y que volvería el fin de semana, su papá estaba enterado de todo pero que no podía volver de España porque las circunstancias no le permitían, pues estaba ilegal, no tenía sus documentos en orden, pero que confiaba en que algún día podría regresar o mandar a traer a Jaime. El niño cerró los ojos cansado y no recordaba lo que le había pasado. La Flaca le contó que Calzón Tierno lo había drogado y que él saltó por la ventana desde el segundo piso, que por suerte había caído en unas plantas y pero que le habían disparado por equivocación en el hombro, que se había roto un brazo y las piernas.
Pero pronto se iba a recuperar y quedar como nuevo, regresaría a su casa y su tía cuidaría de él con gran cariño porque le dio muchísima pena todo lo que le pasó.
Jaime nuevamente insistió a la niña que se fuera con él, ella le dijo que no porque era una mujer de ciudad pero le prometió a Jaime ir a visitarlo algún día, y que él también lo hiciera, ella se quedaba en el albergue, porque si quería ser modelo tenía que aprender a leer y escribir, aunque cuando le tomen fotos tenga que poner cara de vaca enferma, como le decía Jaime.
Los niños sonrieron. La Flaca pretendió ponerse seria. Lo miró con sus grandes ojos verdes, con esa expresión que tenía antes de hacer una travesura. Jaime esperó atento, presintiendo que algo iba a suceder. La niña se acercó y le dio un beso en los labios, Jaime abrió mucho los ojos. Ahora ella si se había despedido de él con uno de “esos besos” de las telenovelas. La Flaca se fue pisando fuerte haciendo sonar sus zapatos
Jaime sentía algo hermoso, no era la felicidad de volver a su casa, en el fondo de su corazón esa nueva sensación era por La Flaca.
Escuchó el llanto de un recién nacido. “Seguro no es un bebé abandonado” dijo él. Lo más probable era que él también algún día sería papá. Este pensamiento lo sorprendió, nunca antes había pensado en eso. Pero era verdad, tendría un hijo varón, un niño, porque las niñas eran un poco complicadas y difíciles de entender. Y a su hijo le enseñaría a subirse a los árboles, a silbar, y todo lo importante que un niño debe saber. Y jamás lo abandonaría.


                                      

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